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Sendero Circular de Monte Castelo

Punto de salida/llegada:         Iglesia de San Roque

Longitud:                     5.65 km

Tiempo aproximado:                 2 h

 

El Sendero de Monte Castelo quizás sea la ruta más próxima para los que partan del centro de Cangas. Llegar caminando desde el puerto al punto de salida del sendero, como es la ermita de San Roque,  no llevará más de 15 minutos.  La ermita fue levantada a finales del s.XIX en lo alto del monte de San Roque, aunque se cree que pudo haber otra anterior más antigua. Dos grandes pinos centenarios, ya míticos por la cantidad de vecinos que miraron ”bailar”, en la popular romería de mediados de agosto, nos recuerdan los mejores tiempos de estas fiestas. Tanto desde la ermita, como desde la erosionada Piedra del Elefante,  la corta distancia, se contemplan unas vistas excepcionales a la ría de Vigo y a la vila de Cangas en sí misma, notando el desarrollo de la misma a lo largo de los años.

Bajando del Monte de San Roque por Sierra Poniente, se atraviesa un tramo pequeño de carretera para llegar a la zona del Balcón del Rey, que también será el otro punto de salida. Allí  tenemos un área de ocio con fuente y bancos, y un precioso mirador al que se accede por unas lijeras escaleras a través de un frondoso soto de castaños, y con vistas al val de Coiro y a la ría.

Justo detrás, aparece el Monte Castelo, donde está documentada la presencia de un yacimiento arqueológico que abarca desde la época castrexa hasta la mítica fortaleza o Castillo de Daravelo, erigido a finales del s.XII por el arcebispo de Santiago, Diego Xelmírez, y formando parte de un sistema defensivo junto con el Monte Leboreiro, la Torre de Meira o la torre de la Lanzada. Será destruído en el s.XV durante la II Guerra Irmandiña, en la que los campesinos, hartos de los abusos de la nobleza, derrumbaron las fortalezas feudales, huyendo muchos nobles y señores feudales a Portugal y Castilla.

Las vistas desde esta cumbre a más de 250 mst de altitud y, hasta hace poco, solo aptas para expertos, son excepcionales.  En la base del monte se puede disfrutar de un bosque de carballos y castaños  “de película”, y unas curiosas minas de agua escavadas en la roca.